El síndrome del Villancico

Diciembre se ha caracterizado en la cultura mundial como uno de los meses mas alegres del año. Pero como estamos en Colombia no todo es felicidad. Diciembre es también el mes estadísticamente mas peligroso, y se podría asegurar que menos productivo del año. Parece que la instalación de las luces navideñas en las casas, armar el arbolito multicolor y recrear en miniatura el nacimiento de Jesús deja tan agotados a los colombianos que al terminar dichas labores no quieren hacer nada mas. El primer villancico de las novenas no solo comienza la cuenta regresiva para la llegada del “niño dios” sino que también activa la pereza en los cuerpos. Todo el mundo quiere vacaciones, hasta los uribistas que no quieren sino trabajar, trabajar y trabajar aprovechan esta época del año para festejar, festejar y festejar, de pronto consiguen algunos voticos para el referendo (¿por qué la manía de hablar todo en diminutivito). De ninguna manera me opongo a las fiestas de diciembre -no todos los días se tiene que dormir uno temprano oyendo los discursos de Laureano Gomez- el problema radica en que aunque culturalmente sea un mes de descanso y jolgorio no todos tienen el mes libre. Algunos tristemente no pueden continuar con la característica novena bailable rellenándose de buñuelos y natilla porque: “mañana toca madrugar” o “tengo que presentar ese informe a primera hora”. Esa desafortunada persona, comienza a ver que todo el mundo esta descansando y a creer entonces que solo él esta trabajando. Y no hay nada mas decepcionante que sentir que todos disfruta la vida, mientras uno, aún tiene responsabilidades por cumplir. Obligaciones que no puede detener así el mismísimo niño Jesús llegue de verdad a la tierra (ni siquiera si viniera en patines).

Apatía, tendencias depresivas y aburrimientos crónicos caracterizan los síntomas del síndrome del villancico, y quienes la padecen solo esperan que se acabe ese desdichado mes. Porque la llegada de enero es el único remedio conocido, aunque se demora un poco en actuar, pues tras eliminar todos los adornos navideños, quedan aún mas cansados y se necesitan algunas semanas del nuevo para retomar la alegría y saber que ya todo paso, que ahora todos tienen que madrugar, trabajar, y que en su mayoría están con unos kilos de mas y endeudados porque colombiano que se respete sabe como gastar mas de lo que gana y entra y sale de data crédito como si fuera la casa de la abuela.

Me iré a dormir, ahora que la novena del apartamento de abajo terminó, porque mañana yo tengo que madrugar para entregar un trabajo a primera hora.

PD: prefiero pasar diciembre trabajando que en la cárcel, así que un saludito a los hijitos de uribito, que me guarden un sobrerito, una guayaberita y unas manillitas para estrenar el 24.

Gracias, de nada.

JSB